Información Útil - El 80% de los argentinos no ingiere la cantidad recomendada de lácteos
Aunque resulte paradójico, en este país en el que la vaca llegó incluso al estatus de ícono artístico se toma poca leche y se consume una cantidad insuficiente de sus productos derivados.
El déficit podría privar de los efectos benéficos de estos alimentos no sólo en la niñez y la adolescencia, sino a lo largo de toda la vida. Tales son las conclusiones a las que llegó la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) basándose en estudios locales e internacionales, que sugieren que un consumo adecuado de lácteos no sólo ayuda a formar huesos fuertes, sino que brindaría compuestos que en los últimos cinco años se asociaron con una disminución en el riesgo de enfermedades inflamatorias crónicas sistémicas, como la diabetes tipo II, la hipertensión y las cardiopatías. Según recomendaciones internacionales, para satisfacer nuestras necesidades, el consumo promedio por habitante debería ser de alrededor de un gramo de calcio por día (880 mg, en promedio, con variaciones de acuerdo con la edad). Sin embargo, según explica el doctor Esteban Carmuega, director del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), "hoy, si se distribuyera todo el calcio disponible, apenas si se cubriría el 60%".El estudio "Patrones de consumo de lácteos y calcio en la población argentina", realizado por Cesni en cinco ciudades y sobre 1500 personas, indica que los lácteos aportan en nuestra dieta habitual el 68% del calcio total. De los 634 mg diarios que ingerimos, 410 provienen de los lácteos y 224, de otros alimentos, como las frutas secas, los pescados con espinas (anchoas, por ejemplo) o el brócoli."El trabajo indica que dos de cada tres adultos no consumen las dos porciones de lácteos recomendadas por las guías alimentarias de nuestro país, y nueve de cada 10 adolescentes y siete de cada 10 escolares no alcanzan a consumir las tres porciones aconsejadas -puntualiza Carmuega-. En consecuencia, tres de cada cuatro escolares y nueve de cada 10 adolescentes y adultos no cubren el consumo recomendado de calcio."Si bien este micronutriente es primordialmente necesario durante la niñez y la adolescencia, los efectos de su carencia se expresan más tarde. "El esqueleto de un recién nacido tiene 25 gramos de calcio; el de una mujer adulta, 1 kg -ilustra Carmuega-. Esta diferencia en la composición ósea refleja la cantidad de este elemento que debe ser absorbida de la dieta durante la etapa de crecimiento. Por eso, hay quienes dicen que la osteoporosis debería ser considerada una carencia infantil que se manifiesta en la vida adulta." Los médicos sugieren desayunar con leche, comer un snack con yogur y agregarle queso a la comida. "Que nadie dude de que la leche de madre es el mejor alimento por debajo de los dos años -concluye Carmuega-. Pero a partir de allí, en lo que hoy coincidimos es en que los lácteos no sólo satisfacen las necesidades de calcio, sino que también reducen el riesgo de otros cuadros frecuentes."